¡Estamos de fiesta!
Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas.
Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel
verdes, rojas y amarillas.
Y al darles el sol la espalda
revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas
para que el cielo no vea,
en la noche de San Juan,
cómo comparten su pan,
su tortilla y su gabán,
gentes de cien mil raleas.
Apurad
que allí os espero si queréis venir
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir.
Vamos subiendo la cuesta
que arriba mi calle
se vistió de fiesta.
Hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
abrazando a una muchacha.
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la pobre vuelve al portal,
la rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
En realidad la fiesta, lo que podríamos llamar el mundial emotivo o emocional termina hoy con el paseo por Madrid. Los gladiadores triunfantes recibiran el reconocimiento del César y la aclamación de la plebe. Toca hablar de fútbol. Pero antes de empezar quería comentar dos cosas. Una se refiere a la profesión periodística, que ha incumplicado todas las normas básicas de la deontología, intentando deformar la realidad que todos hemos visto inventándose inexistentes superioridades manifiestas cuando la selección española ha ganado todos los partidos, excepto Honduras, por la mínima. La otra, y está relacionada con la primera, es la hipocresía mostrada ayer por las televisiones que ignoraron, casi censuraron, la imagen de Puyol y Xavi portando una senyera en la apoteosis final.
Evidentemente los cientos de miles de catalanes que el sábado manifestaron su disgusto por su inclusión en una España que a muchos, catalanes o no, nos desagrada pesaron mucho a la hora de decidir no comentar, y la medida de lo posible censurar, esas imágenes, y ahora al fútbol.
Si a un desconocedor absoluto, bien pudiera ser un extraterrestre, de las reglas y usos del fútbol, se le hubiera aleccionado, durante el tiempo necesario, para que tuviera un conocimiento suficiente de este deporte, y si este individuo además, lo ideal sigue siendo el extraterrestre, no estuviera sujeto a las pasiones y subjetividades derivadas de su adscripción tribal o nacional, tras contemplar los partidos de este mundial de Sudáfrica, recien finalizado, hubiera sacado dos conclusiones principales:
I) El justo vencedor de este torneo es la Selección Española. No sólo porque ha ganado los partidos necesarios, lo cual ya sería una razón de peso, la razón más importante, sino porque además ha sido la más fiel al reglamento, la que, con mucha diferencia, menos infracciones ha cometido, la que más se ha ajustado a las normas.
II) Su absoluta incompresión del fenómeno que permite que este deporte sea el más popular del mundo, desatando pasiones, amores, simpatías, animadversiones y hasta odios, porque nuestro objetivo espectador se hubiera aburrido mortalmente.
El fútbol que ha practicado la Selección Española, y no dejo de insistir en que ha sido la justa vencedora, es soporíferamente monótono, reiterativo hasta el hastío y con una falta de mordiente goleadora alarmante. Es cierto que esta manera de practicar el fútbol, es preferible, yo al menos la prefiero, a la que muestra un fútbol ramplón y defensivo que con frecuencia, y fue el caso de la Selección Holandesa, recurre a lo que, eufemísticamente, llaman los límites del reglamento y que a mi no me importa llamar, directamente, violencia. Querer comparar, y hay ¿periodistas? deportivos que, probablemente bajo la influencia de alguna sustancia que nubla su entendimiento, lo han hecho, esta selección con Brasil del 70 o la propia Holanda del 74, la Holanda de Johann Cruyff, tiene que ser un chiste. Aquellos equipos, y recordar a la delantera Jairzinho, Gerson, Tostao, Pele y Rivelino me llena la boca de agua, por más que la altura de México D.F. produjera cierta lentitud. Tampoco eran cojos Krol, Rijsbergen, Van Hanegem, Neeskens>, Rep, Rensenbrink y, como no, Cruyff con un juego vibrante y directo que sólo la potencia de Breitner, Schwarzenbeck, Beckenbauer, Overath, Netzer, Müller, etc...Hay quien intenta deslindar la calidad del juego del resultado, no es mi caso, juega mejor el que gana, porque el objetivo es ganar, que no se olvide que no estamos ante una competición de patinaje artístico o gimnasia rítmica, pero si nos fueramos a supestos patrones estéticos, la Selección Española de México'86, basada en la Quinta del Buitre hubiera sido mejor que esta, pero no lo fue, y no lo fue porque cayo eliminada en cuartos, no por otra razón. El fútbol que ha propuesto la Selección Española, y Del Bosque me ha parecido impecable haciendo el cesto con los mimbres posibles, se basa, en definitiva es igual de aburrido y soporífero, en el del Barça, pero sin Messi que, inexplicablemente, juega con Argentina. Xavi e Iniesta serán grandes jugadores, que lo son, pero en el Barça quien marca la diferencia es Leo Messi, un jugador de una escala superior, por más que Maradona lo haya desubicado.
Para terminar, España ha ganado merecidamente, y yo me alegro aunque no me sumo al papanatismo patrioteril generado. Pero han sido los mejores de un Mundial futbolísticamente muy ramplón, y que a mi me ha aburrido soberanamente.
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Hace 2 semanas
5 comentarios:
Difícil decir en estos momentos cosas como las que usted dice, don Javier, y por eso le aplaudo doblemente. Totalmente de acuerdo en lo que no está relacionado con el fútbol en sí, y en lo que sí está relacionado, pues resaltar especialmente lo que dice usted al final: el nivel del mundial ha sido muy ramplón, con las grandes selecciones venidas muy a menos como equipos (mantienen individualidades, pero como equipos han sido muy pobres), y con las 'pequeñas' sin cuajar.
No se trata de restar méritos a la selección, sino de poner las cosas en su punto.
Únicamente le enmiendo la plana en una cosa: le rogaría que en la letra de la canción de Serrat que reproduce, incluya la versión original, en la cual, en la cuarta estrofa, en lugar de 'su tortilla y su gabán', la letra original decía 'su mujer y su gabán'. La censura, la todopoderosa y quisquillosa censura franquista, obligó al cambio.
Un saludo.
Javier, totalmente de acuerdo. No soy futbolera, pero comparar a la roja de este mundial con selecciones como la brasileña o la naranja mecánica me pareció del todo exagerado.
Gracias por el detalle de mencionar que las televisiones estatales obviaron el hecho de que algunos de los miembros de la selección no sienten la bandera española como la propia, y ondearon la que llevan en el corazón. La televisión catalana, por supuesto, mostró las imágenes.
Un abrazo desde Londres.
En realidad me parece muy bueno tu articulo, yo digo tres cosas en un aritulo escrito en mi blog.
1) Campeon goleador es Paul
2) Sindrome de Rocky III
3) Comienza el fin de la supremacia de selecciones "fuertes" sobre "debiles"
4) ¿ Porque no otros escenarios? Como Venezuela 2022 ó Islandia 2030 (con lo del calentamiento global ya no es un problema el clima).
Te invito a visitar mi blog y dejar tus comentarios.
http://vlankho.blogspot.com/
Vaya Centeno, no ha podido usted callárselo, igual porque es verdad: este Mundial ha sido malo, muy malo, tanto a nivel colectivo (equipos) como a nivel individual (al menos el de los supuestos grandes jugadores de las más importantes ligas). Aburrimiento a espuertas, tacticismo inútil (y complejo) en muchos equipos y jugadores que cada vez destacan más por sus dotes físicas (incluyendo el reparto de leña a diestro y siniestro) en vez de por su técnica y habilidad. Lo peor puede estar por llegar porque el mejor equipo del mundo, a instancias de o melhor treinador do mundo, se puede llenar de jugadores con apellidos impronunciables y pedrigrí genealógico-futbolístico turco, afgano, albano-kosovar. La élite. Menos mal que nos queda esa ley puramente dialéctica que dice que cualquier jugador que pertenece al Madrí se convierte en uno de los mejores jugadores mundiales, por definición.
Es completamente ridículo comentar que Puyol y Xavi no sienten España porque llevaban una bandera autonómica. ¿No se siente español David Villa? Pues llevaba una bandera asturiana. ¿Y Albiol? ¿No se siente español? Pues no se quitó ni un momento la bandera autonómica valenciana de la cintura. Ramos, por momentos, ondeó una verdiblanca andaluza... lo mismo que Palop cada vez que el Sevilla ha ganado un título no se ha separado de la senyera valenciana. En la selección hay jugadores de muchas comunidades autónomas diferentes, y es totalmente normal y comprensible que Ramos, Xavi, Albiol, Villa, Puyol... etc quieran sacar sus banderas autónomas y decir "Catalunya está aquí" "Valencia está aqui" "Asturias está aquí" pero pasar de eso a decir que no se sienten españoles es invención absoluta. En la recepción que hicieron a Puyol en La Pobla de Segur (su pueblo natal) habían banderas españolas y camisetas rojas por doquier. ¡Qué fácil es buscar la polémica, y qué difícil escribir algo interesante que sea veraz!
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