Cuando uno toma la determinación de hacer una entrada con algo relacionado con la música hay que reconocer que tiene una cierta prevención dados los entendidos y expertos que con alguna asiduidad intervienen en esta blogocosa, yo que soy un humilde escuchador de música, no voy a utilizar términos como coloratura, bravura, sfogatto en primer lugar porque no se muy bien que significan, en segundo lugar porque si lo supiera me parecería un tanto pedante su uso ya que son términos que, me da la sensación, de que no están al alcance de cualquiera. Tampoco utilizaré comentarios del tipo "Se trata de una soprano (o una mezzo) de timbre cálido, muy sugestivo, manejado con excelente escuela" porque cuando lo leí no me entere absolutamente de nada. Para mi la música, la música de verdad, es una acumulación de sensaciones que pueden, no siempre, llegar a modificar mi estado de ánimo. Es el arte que más amo y que más frustraciones me acarrea, porque tengo que reconocer, y me molesta sobremanera, que soy un absoluto lego en la materia, solo puedo decir que me apasiona, que no podría vivir sin ella. De un tiempo a esta parte me estoy aficionando a la ópera, y esta paulatina afición me ha ido llevando a escuchar y distinguir a los grandes divos, y entre los divos de los divos, esta la divisima por excelencia, María Callas, de quien hasta hace no mucho sólo conocía por historias del corazón, que, para que vamos a negarlo me importan poco o nada. Todo el mundo coincide en que su voz no era especialmente bella, y su técnica mejorable. ¿Que ha hecho de la Callas un mito?. A mi juicio hay dos factores fundamentales, uno de ellos, puede que el menos importante, estriba en que se trataba de un portento físico capaz de abarcar registros de mezzo o de contralto sin especiales problemas, de hecho se dice que incluso en los ensayos cantaba a pleno pulmón, en lugar de marcar como se dice en el argot, el otro y para mí fundamental, la intensa fuerza dramática que transmite, y que al menos a mí llega a hacerme saltar las lágrimas. Valga el ejemplo de la película Philadelphia. De lo dicho anteriormente se deduce que, como yo creía erróneamente, no se trata de una soprano especializada en óperas italianas que los entendidos llaman belcantistas (no he encontrado un sinónimo adecuado y este creo que lo entiende todo el mundo). Aquí van dos ejemplos
Hay muchas leyendas sobre la Callas algunas serán verdad y otras no tanto, se dice que Elizabeth Schwarzkopf, después de acudir con su marido Walter Legge, productor musical de EMI, a la arena de Verona , para escucharla en una Traviata, manifestó su deseo de no volver a interpretar esa ópera, no sé lo que hay de verdad en ello, pero hasta su muerte en 2006 no volvió a interpretarlae.
PPero me parecerín ellos Elisabeth Schwarzkopf Elisabeth Schwarzkopf
Pero me parecería un crimen dedicar una entrada a la Callas y no traer su memorable Casta Diva de la Norma de Bellini en una versión de la que desconozco el director, aunque no la orquesta, la Norddeutsche Philarmonie.
Mucho se ha dicho y escrito sobre las posibles sucesoras de la soprano griega, y se han apuntado fundamentalmente dos nombres la australiana Joan Sutherland y sobre todo mi querídisima Montserrat Caballé a la que venero especialmente, no sólo por sus cualidades como cantante que están fuera de discusión, sino por su calidad humana y sobre todo por su volumen, es gorda y por tanto una persona adorable y achuchable. Aquí podeis escucharla, también en una Casta Diva, aunque tendreis que escuchar también el inicio de la escena IV del primer acto con Ivo Vinco en el papel de Oroveso y la Orquesta y Coro de la RAI de Turín dirigida por Georges Prêtre.
Espero que os guste, si es que alguien lo lee y escucha.
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Hace 2 semanas
3 comentarios:
No sabe usted, D. Bolche, cuánto me identifico con usted, en lo de lego y lo de no poder vivir sin música.
No se vaya a creer que en lo futbolístico ni en las familias de IU. ¡Hasta ahí podíamos llegar!
He de confesar, sin acritud, que me ha gustado su selección musical. ¡En algo teníamos que coincidir!
Salud y República
Al igual que Almazán, también coincido hoy con usted. Sin que sirva de precedente, que quede claro.
La música es parte fundamental de nuestra educación sentimental y emocional. No entendería un mundo sin ella.
Si para usted la música son sensaciones y sentimientos, considérese todo un experto. Limitarla a unos datos técnicos, a algo puramente matemático, es pervertirla y reducirla a mecánica pura. La música ante todo es belleza y emociones. Lo demás es pura pedantería.
Por cierto. ¿Quién le ha vendido ese reloj? Atrasa bastante. Ya le daré la dirección de una relojería en Getafe que trabaja muy bien.
Un saludo.
Bravo!
Mi querido Bolche, llevo más de un año esperando una entrada como ésta.
Una de las cosas que siempre nos ha unido más es la música clásica (y la ópera en particular).
Efectivamente, sensaciones y emociones. De eso se trata. No tendría sentido de otra manera.
Un achuchón tierno.
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