Desde el lugar de mi casa en el que está instalado el ordenador, y que yo,un tanto pretenciosamente llamo mi despacho, puedo observar como muchos de mis vecinos, algunos de ellos extranjeros, han colgado de sus ventanas ese símbolo que, incorrectamente, denominan bandera constitucional y que no es más que la versión, escasamente evolucionada, de la que los españoles mandaron a la basura en 1931, rescatada por el fascismo español como enseña nacional. La gran mayoría de los que exhiben ese símbolo no tienen conciencia política de lo que significa, una España que, entre todos debemos contribuir a enterrar. La España que se felicita de las heroicidades genocidas de los Reyes Católicos y, también para que conste, de que los peces del Mediterráneo, por mor de Els Almogavers llevaran impresas las cuatro barras de la senyera.
Mientras la prensa, además de dar cuenta de que "España se encuentra ante una de las citas más importantes de su historia", que manda carayo, informa de que cientos de miles de catalanes, el número es lo de menos, y en cualquier caso muchos, muchísimos, mostraron ayer como de a disgusto se sienten en esta España casposa que el Tribunal Constitucional y, a tenor de lo manifestado, el presidente Rodríguez Zapatero, dan por cerrada, puede que con el cerrojo de Joaquín Costa, al menos en lo que a la organización territorial del Estado se refiere. La gran mayoría de los catalanes no se siente a gusto en España que tan acertadamente definió el añorado Pepe Rubianes, y yo, que presumo de madrileño y madridista, tampoco.
Con todo, mi tribalidad me puede, y el entusiasmo, infantil y políticamente inculto, me contagia. Quiero que gane la Selección Española, no lo oculto. He pensado en sacar al balcón mi bandera tricolor, pero a lo mejor era peor, puede que no entendieran nada. En cuanto al fútbol, mañana publicaré, lo que en gran medida ya tengo escrito.
Para atemperar la ola de nacionalpatrioterismo, que más que probablemente nos invada, a las 18:00 del domingo 11 me voy a poner un excelente disco, en vinilo, de Marina Rossell que se llama Rosa de foc
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Hace 2 semanas
2 comentarios:
Has recogido en tu post lo que yo tengo en el corazón... Salud y, para animarte, recordar que la banda del escudo del Madrid CF es morada desde 1931... cuando se le quitó la corona.
En la mañana del 11J me han insultado dos veces (resentido -por una señora enjoyada- y rojo de mierda -por dos veinteañeros-) en un quiosco de prensa por llevar en la muñeca una pulsera con los colores de la bandera republicana; discreta pulsera que siempre llevo y pasa desapercibida salvo para alguna que otra persona de más edad que yo (y a mi me queda más bien poco para la jubilación a pesar de ZP)que suelen sonreír y comentar que es de bonitos colores.
Por cierto, no ha sido precisamente en el centro de Madrid sino en un barrio obrero. Ah, la banda morada en el escudo del Madrí hace años que fue escamoteada y convertida en azul oscuro en una asamblea de socios compromisarios con argumentoa tales como que Adidas consideraba el azul más fácil de compaginar con otros colores.
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