Artículo 71El mandato del Presidente de la República durarará seis años
El Presidente de la República no podrá ser reelegido hasta transcurridos seis años del término de su anterior mandatoEste es el artículo que tuve el inmenso honor de leer, ayer 12 de abril, en el impresionante salón del Ateneo de Madrid. Incluso para aquellos que miden la democracia con parámetros del tipo:
Democracia es que suene el timbre a las seis de la mañana y sea el lecheroo
La democracia es el peor de los sistemas si exceptuamos todos los demásSin entrar a valorar la calidad democrática de un sistema que lo fía todo al resultado de las elecciones.
Sin entrar a valorar la calidad democrática de un sistema que no permite el ejercicio efectivo del poder por parte de los ciudadanos, solo permite elegir a quien ha de ejercerlo en nuestro nombre.
Sin entrar a definir como entendemos los comunistas la democracia real y efectiva.
Solo con la vara de medir que califica como democrático el sistema político vigente en EE.UU, sin ir más lejos. El artículo 71 que leí ayer tiene más calidad democrática que la basura, y digo bien basura, que fruto de una ínfame componenda, en la que lamento, profundamente, la participación de mi Partido, el PCE, nos hicieron tragar el 6 de diciembre de 1978.
Ayer fue 12 de abril, un 12 de abril de 1931 los españoles, en unas elecciones municipales, pusieron a los
Borbones donde se merecían. Con una guerra por medio el fascismo nos los impuso de nuevo. Una dirección de la izquierda entreguista y derrotista intentó, e intenta, dar legimitidad a tamaño desafuero.
Cuando tomé posesión de mi humilde cargo de concejal deje bien claro que prometía acatar una Constitución, que considero ilegítima desde su concepción, y tener lealtad a una persona, a la que, como tal, detesto, además del obvio carácter antidemocrático de lo que representa, única y exclusivamente porque un ordenamiento jurídico que emana de un Estado
de facto me obliga. Utilicé la fórmula
por imperativo legal sabiendo perfectamente que iba a ser fuente de comparaciones con otros que también la usan, y hubo quien, dentro de
izquierda Unida, se sintió incómodo. Ni yo, ni mi compañero en el grupo municipal, hemos asistido, ni asistiremos a celebración alguna los días 6 de diciembre. Para nosotros no es día de cebraciones, sino de duelo.
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