Pero en esta ocasión puede que sean de grandeza, porque de senilidad no creo, a pesar de la provecta edad del protagonista. Me dirigía, ayer, desde mi trabajo, actualmente en la
C/ Josefa Valcárcel 46 a la sede del PCM en
C/ Batalla de Belchite 18, es decir tragándome el habitual atasco que reina en las calles madrileñas a partir de una determinada hora de la tarde, cuando escuché al personaje en cuestión. Me adelanto a las críticas, probablemente justificadas, que pudieran hacérseme por el uso de un vehículo privado en lugar de utilizar transporte público, y en mi descargo alego que después de salir de mi casa un poco despues de las seis de la mañana necesito, despues de una mañana y una tarde, a veces hasta casi noche, ocupado, volver a mi casa a una hora razonable, pongamos antes de las once de la noche, lo cual en transporte público sería imposible. Pues bien, estaba yo detenido en mi atasco escuchando
La Ventana de
Gemma Nierga, ya se que se le ven más las rayas del PSOE que a
Angel Mª Villar las del
Barça pero hay pocas alternativas, cuando hizo su entrada en escena, vía ondas
herzianas, don
Santiago Carrillo y nos dió una muestra más de su habitual cinismo, y no me refiero a la corriente filosófica de
Epicuro, al hacer un análisis de los lamentables, terribles, sucesos del
Sahara, alineándose con las tesis gubernamentales de la
señorita Trini. Llegó, el que un día fue, a mi juicio inexplicablemente, secretario general del Partido a argumentar con la seguridad de
Ceuta y
Melilla en clara sintonía gubernamental. Siempre que puedo muestro mi satisfacción por no haber militado nunca con él; cuando el detentaba la máxima responsabilidad en el Partido, digamos
oficial yo andaba bregando en una doble lucha contra el
franquismo y contra el
revisionismo que él representaba. El tiempo ha puesto a cada uno en su sitio, hoy el que está expulsado del Partido es él. Triste, muy triste, ha sido la evolución política de este hombre, el gran fracaso que supuso ese engendro llamado
eurocomunismo ya es suficientemente descalificante. Pero hay más. Cuando la crisis del Partido es manifiesta y los llamados
prosoviéticos nos estamos reorganizando en lo que fue el PCPE,
Santiago se hace fuerte en la organización de Madrid de lo que queda de PCE, en Madrid tiene mayoría, exigua pero mayoría, y de hecho el secretario general de esta federación, que entonces no se llamaba PCM, es
Santiago Carrillo Menéndez, su hijo, un excelente profesor de Matemáticas de la Universidad Autónoma de Madrid. Siendo definitivamente expulsado, funda un partido llamado
Partido de los Trabajadores de España- Unidad Comunista, PTE-UC. Pero antes de ser expulsado y de esa fundación dió un mitin en Madrid, creo recordar que en el cine
Europa, en la calle de
Bravo Murillo, y comenzo diciendo, con gran estilo oratorio:
" Yo vine a este Partido al calor de la Revolución de Octubre"No tuvo demasiado recorrido la formación que fundó y tras un rotundo fracaso electoral la disolvió recomendando a sus seguidores la entrada en el PSOE. Aunque él, oficialmente, nunca dió el paso. De añorar la
Revolución de Octubre al pesebre de la calle
Ferraz. El PCE ha demostrado su fortaleza, tras haber sufrido
el carrillismo, un
neomencheviquismo más. Quedamos muy tocados y nos está costando reponernos, pero lo conseguiremos. Los católicos, sobre todo sus jerarquías suelen manifestar, en referencia a la
Iglesia pero las puertas del Infierno no prevaleceran ante ella, las puertas del infierno puede, pero ya ma gustaría a mi que hubieran escogido como Papa a alguien de las características de
Santiago Carrillo
2 comentarios:
No, señor García Centeno, el que Santiago Carrillo fuera secretario general del PCE no tiene nada de inexplicable, ni mucho menos. Hay que analizar qué era el PCE antes (apenas nada) y durante la guerra de España (me estoy refiriendo ahora a sus dirigentes), el coste en vidas de militantes durante la contienda, posguerra y "los años de paz" y la dispersión por medio mundo de aquellos que lograron exiliarse. Súmele el dirigismo (y sometimiento y aquiescencia totales y absolutos) del PCUS y meta en el cóctel animales políticos de la talla de Carrillo (y su guardia pretoriana proveniente de la JSU) capaces de manejarse en cualquier charca de pirañas. Faltaría adornar con años de práctica inexistencia de vida interna en las células y ciega militancia y obediencia por la causa antifranquista y, aquellos que en el exterior levantaban la cabeza la terminaban perdiendo (ya en el interior) a manos de la policía franquista o en otro partido (más bien grupito). Según pasan los años y va creciendo la militancia (importante ya en los setenta), la cercana posibilidad de acceder a un supuesto sistema democrático (la falta de formación también ayuda) calla muchas voces discrepantes durante años y los que no nos callamos, terminamos en la calle. Yo mismo tres veces. En alguno de sus antiguos partidos la historia es perfectamente conocida. De inexplicable, nada.
Lo que podría resultar inexplicable es que el PCE haya seguido existiendo (más o menos) con los vaivenes ideológicos sufridos (unos cuantos en su historia: estalinismo puro y duro, ahora dejo el leninismo, mira que ya soy eurocomunista, mejor me apunto al marxismo revolucionario, ...), el nivel de los dirigentes soportados (con una tasa de expulsiones, defecciones y transfuguismo digna de record olímpico) y la saña anticomunista padecida (y no sólo por parte del franquismo, sino del lado de otros supuestos comunistas de todo tipo de advocaciones). Sin el maravilloso caudal humano del que fue PCE ni siquiera tendríamos esperanza de que vuelva a existir un PC en el Estado español. Que pronto lo veamos. Salud.
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