martes, 30 de noviembre de 2010

A vueltas con la crisis

Seguimos recibiendo, desde que estalló esta crisis, que algunos, aunque sea, si se quiere, de manera un tanto intuitiva, consideramos algo más que una crisis más , un mensaje monocorde, iterativo y sistemático que viene a decir que estamos ante una crisis financiera importante, que hay que contentar a los "mercados" para que estas "invisibles" instancias dejen de "agredir" a las diferentes emisiones de deuda pública, imprescindibles para que el sistema funcione, y para evitar esta agresión no hay otra alternativa, nos repiten machaconamente, que recortar el deficit público. Y este mensaje lo "compran" de la misma forma la derecha clásica y esta izquierda que un día fue socialdemócrata y hoy no sabe muy bien que es, o, lo que es peor, si que lo sabe, al menos una parte, y que en España está representada por las siglas PSOE. La derecha: PP, CiU, PNV, etc, no va adoptar, cuando recupere el poder político porque el económico no lo han perdido, en España, jamás, medidas muy diferentes a las que ya ha adoptado el Gobierno de España, y, menos aún, a las que pretende adoptar, y si se permite hacer un poco de demagogia, fundamentalmente con las pensiones, es por el ansia, siempre excesiva, de recuperar un poder político que, consideran, perdieron ilegítimamente tras el 11-M-2004; a nadie, en su sano juicio, se le ocurre pensar que el PP en el poder, con la colaboración de la derecha nacionalista o en solitario, va a hacer algo para que los funcionarios recuperen el poder adquisitivo perdido, a retirar la reforma laboral, más bien la profundizaran a peor, o a no avanzar, recortando derechos, en la reforma del Sistema Público de Pensiones. En cuanto a esta izquierda triste y entreguista que padecemos, los Presupuestos Generales presentados dicen mucho, y nada bueno, del negro futuro que nos preparan: consolidan el ajuste duro, refuerzan el estancamiento de la economía, aumentando el paro, y contribuirán a que la crisis económica sea en España más larga y grave que en otros paises. Si entramos a valorar la reforma que preparan de las pensiones, reforma a la que ya se ha comprometido Rodríguez Zapatero, y las dudas de Almunia estaban, precisamente, en la capacidad del Gobierno de España de cumplir con lo prometido, la situación es aún peor pretendiendo recortar 80.000 millones de euros, para favorecer los planes privados de pensiones y como la mentira, al menos en España y refiriéndose a la política, es gratis pues argumentos falaces habemus; y nos cuentan que ha aumentado la esperanza de vida cuatro años, que siendo cierto, y cualquiera que sepa un poco de demografía lo corroboraría, no significa que todas las personas vivan cuatro años más, sino que en cada década se producirá un aumento de un año; por poner un ejemplo: con la reforma que preve el gobierno se produce la siguiente paradoja: en España, un alto ejecutivo de un banco, vive de media 10 años más que la trabajadora que limpia el banco, bueno, pues la limpiadora trabajaría dos años más para que el ejecutivo pudiera cobrar diez años más su pensión.
¿Y porqué el Gobierno de España estimula los planes privados de pensiones? ¿Qué interés puede tener? El Gobierno de España sabe, porque conoce la situación, que el verdadero problema de la economía española no está en la deuda pública, sino en la deuda privada de las entidades financieras españolas que supera los dos billones (con b de burro, con b de bestia, con b de hijoputa) que necesita desesperadamente captar recursos, y meterle mano al sistema público de pensiones, que está más que sano, convirtiéndole en sistema privado de pensiones es un buen recurso. Y si el Gobierno de España no facilita el acceso a esos recursos, esas entidades financieras, esos "mercados", que no son anónimos, que tienen nombre y apellidos, alguno de ellos muy aficionado a la Formula 1, amenazan, y cumplen sus amenazas, con atacar, especulando, la deuda pública en las subastas. Esa es la verdad.
¿Y sólo los comunistas, de entre los políticos, nos hemos dado cuenta de ello? ¿Es que somos más listos? Ni mucho menos, el Gobierno de España lo sabe y su leal oposición también. Como saben que la salida no está en el sistema económico actual, sino en la alternativa. Y cuidado, que nadie se equivoque, no estamos proponiendo, porque en este momento no se dan las condiciones de toma de conciencia de los trabajadores, lo que otrora llamábamos las condiciones subjetivas, la alternativa socialista, sino que desde Izquierda Unida estamos proponiendo medidas para las que no habría, ni siquiera que modificar la legislación vigente. Podemos, ahora mismo, crear una banca pública que canalice el crédito a familias y pequeñas empresas, podemos, ahora mismo, abordar una reforma fiscal progresiva, podemos, ahora mismo , poner en marcha acciones reales contra el fraude fiscal, con ello reduciriamos el deficit público, pero sin recortar gasto, inversión y empleo público, ello estimularía inmediatamente la actividad económica y la creación de empleo. ¡Coño! y si parece tan sencillo ¿porque no lo hacen? ¿no se trata, acaso de un programa socialdemócrata en gran medida? Fácil, porque este tipo de medidas, que no impide la vigente Constitución de 1978, implica la adopción de políticas planificadoras, democráticamente, de la economía y eso choca con el modelo de Europa, la Europa de los mercaderes, que estan construyendo. En otro momento de la historia, cuando existía la URSS y el campo socialista, que si no eran la vanguardia al menos eran la retaguardia de la clase trabajadora, la Socialdemocracia tradicional aplicaba este tipo de políticas sin especiales resistencias del poder económico capitalista, que no dejaba de considerarlas un mal menor. Hoy ese mal menor es innecesario. Todavía hay pijoprogres, superizquierdistas que tienen un trocito del, al menos por mi, añorado Muro de Berlín, como souvenir.
Soy consciente, todos los comunistas creo que lo somos, de que este tipo de medidas no dejan de ser paliativas, mejoran las condiciones del sistema pero no atacan su esencia. Nuestro objetivo es el socialismo, y nuestra estrategia crear las condiciones para que el cambio social se acabe transformando en cambio político, de ahí la importancia que damos a la lucha por la III República, que, ya he dicho más de una vez, va más allá de un color más en la bandera o un cambio de himno. En estas cosas, y no en otras, ocupo mis pensamientos hoy 30 de noviembre de 2010, y sobre estos temas, y no otros, estoy dispuesto a debatir.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué se sigue hablando del PSOE como integrante de la izquierda?.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Federico Engels en el Prefacio a la edición alemana del Manifiesto Comunista de 1890: "... cuando apareció no pudimos titularlo Manifiesto socialista. En 1847, se entendía por socialista a dos categorías de personas. De un lado, los partidarios de diferentes sistemas utópicos que no eran ya más que sectas en procesos de extinción paulatina. De otra parte, toda suerte de curanderos sociales que aspiraban a suprimir las lacras sin dañar en lo más mínimo al capital y sus ganancias. En ambos casos, gentes que se hallaban fuera del movimiento obrero y que más bien buscaban apoyo en las personas instruidas. En cambio, los obreros que exigían una transformación radical de la sociedad se llamaban comunistas. El socialismo era muy respetable, el comunismo era, precisamente, todo lo contrario. Y como nosotros ya sosteníamos en aquel tiempo el criterio de que la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la clase obrera misma, no vacilamos un instante sobre que denominación debíamos ponerle. Y posteriormente jamás se nos ha ocurrido renunciar a ella". Curioso, han pasado más de 160 años y estamos como al principio.