domingo, 25 de enero de 2009

Kabila gana solera

Cuando inicié esta aventurilla cibernética de construirme una bitácora, me asaltaron dos temores, el primero venía determinado por mi escaso conocimiento del medio, a pesar de que en el curso 1978-79, el último de mis estudios universitarios, ya había trabajado con FORTRAN IV, y en mi trabajo fui uno de los primeros en lanzarme al, entonces, llamado mundo de la microinformática, con PC's sin disco duro (dos disqueteras de 5¼, una para cargar el MSDOS y otra con el disco de trabajo), la llegada de Internet me ha pillado un tanto descolocado, y la velocidad a la que avanzan los descubrimientos me sigue dejando atónito, de manera que cosas que deben ser normales para el común de los bitacoreros a mí me siguen sonando a mágicos, hablarme de banners , twitter, facebook,...etc, es hablarme en chino, no sé si cantonés o mandarín, pero como ocurre que, aunque no sé si soy muy espabilao, me fijo mucho , copiando a unos y preguntando a otros me voy bandeando por este espacio que me resulta tan hostil con relativa comodidad. El segundo temor, soy sincero al decir que el hecho de que hubiera mucha o poca gente que leyera lo que escribo tenía una importancia relativa al principio y es hoy cuando mi ego ha hecho que fuera ganando en importancia, procedía del desconocimiento de la clase de gente que me iba a encontrar, por más que el hecho de que mi buen Antonio Flórez, al que conozco desde que ambos llevabamos pantalones cortos, fuera uno de los participantes en este tipo de actividades me daba, inexplicablemente pero uno es, a veces, un insentato, me daba ciertas garantías. Y aquí está claro que mis temores eran infundados, por más que en los últimos tiempos haya tenido algún encontronazo con un autodenominado progresista probable practicante de una religión tan milenaria como cruel e incomprensible, porque , en general, la gente que he conocido es gente que merece la pena. A unos no he llegado a conocerlos personalmente, legítimos y celosos guardianes de su personalidad, como monsieur Babeuf, y a otros he tenido el gratificante placer de compartir con ellos mesa y mantel. Hoy, uno de ellos, el kabileño de Rivas, traspasa una frontera, ganando en solera lo que no pierde en frescura, llegando al país de los que pueden presumir de la condición de jubilados, que no son otros que aquellos que con júbilo pasan a ser clases pasivas convirtiéndose, paradójicamente, en seres activos. Suelo presumir de tener pocos amigos, pero a los que tengo los quiero de verdad, y los quiero como son, con sus virtudes y sus defectos. Y Rafa tiene muchas virtudes, no siendo la menor la de ser el padre de Augusta II y Curro Corrales, dos excelentísimas personas, y de hecho uno de los títulos que con más orgullo luce el kabileño es el de "Padre de Curro", tal y como es conocido en Rivas (a sus otros hijos no he tenido el seguro placer de conocerlos), y tiene suerte, porque tiene la suerte de compartir su vida y su tiempo con ese pedazo de ser humano que es Lola. Pero, siempre hay peros, también tiene defectos, y no es menor el de su absurda adscripción balompédica, junto a alguna extraña afición musical recientemente reconocida. ¡Ay señor, cuan cierto es que nadie es perfecto! Por eso hoy , por una vez y SIN QUE SIRVA DE PRECEDENTE , y porque es él, y porque le quiero:



¡AUPA ALETI!

7 comentarios:

Augusta II dijo...

¡Ja, ja, ja!

El padre de Curro, el Arañazo de Rivas, El hereje... Estará orgulloso mañana cuando vea tu "aupa atleti"

Por qué poco te vendes, joder, Bolche, por un puñado de años...

Besos.

Martine dijo...

Sabiendo de tus inclinaciones futboleras tiene un mérito el "Peazo" de escudo que has puesto en tu Entrada... Nuestro Rafa no dará crédito a lo que vea sus ojos cuando se despierte y LOLA lo tendrá que pellizcar..

Magnífica y emotiva Entrada, si señor...

Un beso, Bolche

Daniel Martinez dijo...

Adoptaré a Rafa como abuelo... ¿Curro es mi padre?. ciao

Dardo dijo...

Nos pierde nuestra vena sentimental. ¡¡Qué blando es el acero bolche!!. Ja,ja.

Saludos.

Blanca dijo...

Lo que más me gusta, dejando aparte la felicitación de nuestro común amigo, nada baladí por cierto, es ese peaso escudo con que le has obsequiado que, viniendo de un merengón practicante, es también un peaso regalo que me permito compartir.

Sois todos una gente de primera.

Freia dijo...

Lo que se llega a hacer por los amigos.

En estos detalles se ve la grandeza del madridismo.

Antonio Flórez dijo...

Pues yo no sé si debería usted haber hecho esto, don Javier. Luego, a la vuelta de los años, estas cosas salen a relucir...

En fin, ya veremos entonces, cuente con mi ayuda si le citan ante el Tribunal Blanco.

Un saludo.